sábado, 31 de marzo de 2012

Podría decirte

Casi con toda seguridad podría decirte –apagada la voz de confidente- que no me hallarás aquí, bajo esta forma, cuando regreses. Que si vuelves a poner tu mano en el cristal ya no sentirás mi latido, este obsesivo empujar de la sangre hacia el final… donde espera la inmensidad reparadora del blanco que nos engullirá a todos con nuestras memorables gestas olvidadas y degustará la pueril soberbia que calzamos en nuestros pequeños pies de invasores………………………….. Casi con toda seguridad podría decirte que la mujer del pozo que no alcanzaste a ver, la que hace recuento de lunas en el fondo, se dejará alcanzar por una lengua oceánica que la cubrirá de razón para apretar los labios y mantener en pausa la respiración…………………………. Que me quedan mis branquias. Y mi cola de pez. Y mi terrible soledad perfecta………………………….. Pero no sabes nada del tiempo que permanece mi mano de piedra sobre el papel, fría, inmóvil, cargada de frases inapropiadas destinadas a ti, discursos que en mis suburbios mueren –y tú ajeno a ello- exhalando su póstumo azul silenciosamente ante los ojos de los invisibles que me espían, en estos tétricos pasillos, siempre al acecho de mi temperatura… palabras que mueren por no irrumpir bajo los umbrales sagrados de tu retiro y herir devotamente el orgánico velo de tu ausencia –inesperado dolor para mí, el último que me concedo-………………………….. No sabes tampoco nada del nudo que estrangula mi centro oprimiendo en él al animal tembloroso que te niega, te niega, te niega… porque así debe ser… porque no, tú, no… que no debió permitir tu cercanía… que te vendió sin querer su alma salvaje a cambio de más hambre tras la breve caricia… ¡que él no era dócil!, ¡que él no quería!, ¡no era doméstico ni abrazable…!.............................. La medianoche llegó con tu nombre prendido en una esquina y marzo expiraba. El mar se había dado la vuelta. Y el pelo ya me cubría los ojos…………………………………….. Te estabas yendo…… Entonces me dejé caer en picado hacia el cielo que se volcaba en ese instante, hiriéndome de diminuta muerte con sus furiosas estrellas… Pensé… no sé por qué… que tal vez podría decirte casi con toda seguridad –apagada la voz de confidente- que no me hallarás aquí, no de este modo, descalza y expuesta lícitamente al sol, cuando regreses de este viaje tuyo que te alejará para tu bien, de la mujer que una vez quiso curarse de verdad… que incluso pretendió, cuando no lo había hecho antes, amar los días de lluvia………………………………… Podría decirte también… Safe Creative #1203311401149

sábado, 24 de marzo de 2012

GATOS

Es la Hora. Devuélveme mi voz y mi ala negra. Te lo ordeno. Con cuánta precisión se cierra el círculo. ¿Lo ves? No. ¿Qué vas a ver? Siempre pendiente de los gatos… Te lo dije… el silencio es un campo de minas. Y no me negarás que me esperabas. Nunca saben estar a la altura –sentencié desde tu sangre-. Están repletos de bolsas de agua donde se asfixian ellos mismos y ahogan a la vez a las efigies que de ti levantaron para su deleite, inventadas todas. Recuérdalo siempre en adelante: Ninguna mujer que se muestre desnuda hasta de su desnudez, merece ser amada. Algunos, por seducirte, llegaron a mostrarte la fotografía del corazón que no poseían, enfrentados a los que te ofrecieron asombrosas vistas del órgano del placer, retorcido y ordeñado hasta el absurdo… el espía… delataba el subtítulo. Después, unos y otros, con el hábito raído de la ausencia, dejaron caer sobre tu noche la suya, aterradora también, noche de granito, erguida sobre sus patas traseras en el pecho de ellos, más amueblada sí que la tuya y con techumbre, con los nombres de sus vástagos escritos en las paredes… frente a la tuya dinamitada y sin techo…Y desde tu pozo –la parte de atrás del ojo con que ves lo que mirar no puedes- los ves diluirse debatiéndose entre lo que no son y lo que los aprisiona. Ya han dejado de mirarte. ¿Existimos cuando ya no nos miran? –te preguntabas sin disimular la angustia. Sí –era la respuesta que siempre quisiste oír y nadie la hizo suya-. Existimos. Pero sólo un instante. Ahora que aprendiste bien que las historias no son lineales, que todo crecimiento es falso si no se da en todas las direcciones, en vano insiste el adorable sol en pintar de verde tu despertar. Te levantas y buscas desesperadamente con la vista a los gatos que dan sentido a la mañana… el té con limón ahoga la última llama de la noche. Un nuevo gracias ofrece su corola blanca al aire. Y si el gato negro –tu favorito- no acude como cada día a sostener la sombra de la tapia, lloras… y no hay consuelo… aunque jamás hayas acariciado su lomo con tu mano: él vive en los tejados de las casas bajitas y tú, al otro lado de la calle, en uno de los pisos altos, engrasas la polea que levanta cada mañana al sol porque no sabes hacer otra cosa. Safe Creative #1203241366860

sábado, 17 de marzo de 2012

globo blanco

Me viene a la memoria esto: …………Cuando me acercaba ya al ecuador de mi cuarta década, sucedió algo insólito………….. ………..En aquellos días el mundo se derrumbaba a cámara lenta pero nada nuevo sucedía en el mío. ………No olvidaré que fue un dieciséis de marzo y que el cielo, de tan azul, hería la vista. …………Mientras agredía con mi aerosol a las muy discutidas criaturas del aire, un globo blanco descendió del cielo y vino para asombro mío a posarse con gran precisión sobre mi cabeza. Se mantuvo muy quieto durante unos segundos dándome un aspecto ridículo, bueno… sólo un poco más ridículo. No pude ver a nadie asomado a las ventanas al mirar hacia arriba. El globo voló hasta el suelo y me agaché para atraparlo. Dos veces se me escapó. Dos veces creí oír una risita ahogada. Cuando al fin se dejó coger vi su cara. Alguien le había dibujado un rostro bien feo. Fue en ese instante que empecé a sentir en el pecho el tic tac de un reloj. El temporizador se había puesto en marcha… ………………Y entonces quise ser rubia. Mostrar a todos una larguísima melena rubia… lisa, hidratada, irrompible, reluciente… cegadora… como esas tan seductoras que aparecen en la publicidad bajo un potente foco. Sí… entonces quise una melena interminable, del color de los trigos naturales, para poder trenzarla y arrojarla desde lo alto de la torre en esas interminables noches, en las que no es descabellado presentir la llegada de un amante dispuesto a escalar muros por conseguir un par de madalenas y un vaso de leche fresca… Y permanecer a la espera… e impacientarse porque se ponen duras las madalenas, los ojos se hunden y se agria la leche… sentir por fin un terrible tirón en el cuero cabelludo y ver las trenzas tensarse… saber que él está allá abajo, al final del larguísimo pelo con su amor ascendente de amante… lamentar la altura de la torre… medirla no en metros sino en estaciones, verano en las puntas, invierno en las raíces… y predecir que antes de llegar arriba, el enamorado se precipitará inevitablemente al vacío con su hambre… ……………Entonces quise ser rubia pero el gélido sentido común negó con la cabeza… ya era demasiado mayor para eso. ………………………………………..No han vuelto, desde entonces, a descender más globos blancos del cielo. Safe Creative #1203171319776

domingo, 4 de marzo de 2012

Vendrán dias

Hoy no tengo carne que arrojaros, ni monstruos que desalojar de mi buhardilla… Pero le he robado al día un par de instantáneas que os traigo.
Aseguraron los que espían el humor del tiempo, que por la tarde llovería. Pero el sol, terco, se agarra fuertemente con su guante amarillo a la verja, pese a estar envuelto en esta neblina que lo desluce envejeciéndolo un poco y agriándole el color. Aún así, yo, hechizada por el tacto de sus dedos, le ofrezco mi piel de gallina y con él comparto el primer té de la mañana, que no rechaza. Sentada con las piernas cruzadas, como loto de otra estación, me reconozco enamorada de una bola de fuego que en la distancia se ocupa de que me llegue luz y calor y en cuyo núcleo reina la más absoluta oscuridad, las codiciadas lindes del negro… Contra todo pronóstico calienta hoy mi corteza, sin dedicarse más a mí que al resto de las cosas, dándome el mismo valor que a las tejas o las copas de los árboles, mientras evapora el llanto ya caducado y profetiza el venidero… sin reparar en el té que baja tibio por mi garganta después de haber sumergido él su rayo, inundando así la tumba donde yacen muy muertas mis mariposas, las que conocieron sólo el color de los lápices Alpino… No me manda callar, no me pide que hable, no me mira con la boca torcida, no hurga en mis raíces… Desde aquí veo el mundo convulsionarse más allá del distrito de mi ombligo… veo esta especie dividida reclutando número para embestir una y otra vez contra sí misma sin ver el enemigo adentro… Y sigo pendiente de los gatos… y de las cotorras que manchan de verde chillón el aire… atenta también a los pájaros de la U que ofrecen una ininteligible, y muy particular, versión de cualquier hecho. Vendrán días… La lluvia prometida despeinará los tejados y derrumbará las cínicas comisuras de las bocas. Cada cual hallará en su propia muerte el temido fin del mundo. Pero en este ahora, el único tiempo que habito, un ahora que se tambalea sobre zancos inestables, todo está bien. Y estará bien mientras esa mujer que riega cada domingo los tiestos vacíos, salga al balcón con su botella de vidrio llena de agua… Safe Creative #1203041240704

viernes, 2 de marzo de 2012

A través del cristal

Poco a poco he ido dejando de escribir cartas –algunos mostraréis una sonrisa de alivio- y de impactar sin miramiento en las carcasas que protegen lo blando que resguardáis, la ternura mal gestionada, los pasos en el vacío, el vilo, la vergüenza que os reserváis para cuando a solas sois lo que negáis ser en el baile de máscaras, donde la entrada, a mí, se me impide por no tener rostro sobre el que colocarme el antifaz. El administrador de la palabra ha actuado en mí de oficio y ha dicho… Basta ya… repliega el impulso, enrolla el hilo…. Sí. Los espacios que daban tiempo a la reciprocidad se han agrandado tanto que la corriente se ha detenido… Y mi parte agotada obedece, la parte que pretendió sembrar nomeolvides en un bloque de hielo, esa parte… mi parte absurda, mi parte lerda… la que padece cíclicas amputaciones en la espera, la que sabe ser sumisa tras la derrota después de verse engañada por otro espejismo… no aprende… Os escribía sin apenas importarme el efecto de mis misivas, ajena a vuestro ceño fruncido, al veneno del momento que ingeríais, a vuestras intenciones en la parte de atrás, al brillo emocionado de vuestros ojos, míos en aquel instante álgido, esa pincelada estratégica –blanco de cinc- que os temblaba en la pupila… y me resultaba indiferente si se os encendía el piloto de la negación o si pasabais, desganados, una lente mecánica por el paisaje, tantas veces intransitable, de mis letras. De quien no debía, he llegado a robar impunemente atención excesiva, vano centro del mundo que pese a no ser, me creo, desde mi primer rugido en las puertas del mundo, mancha de nacimiento que comparto con tantos de vosotros y que de sobra veo en mí y sin sonrojarme, señalo… ¿Vergüenza de qué a estas alturas…? Si he llegado a vosotros vestida con mi propia piel, sin tomar nada ajeno para cubrirme, adornarme, o para hacerme querer… Yo no lloro de temor a ser rechazada, a no ser bien recibida… pero bebo como todos de esas aguas sin apartarlas de mí, sin añadirles edulcorantes, potabilizadores o fármacos… quemen lo que quemen… trago… siento el dolor… y cicatrizo… Pero ya no doy el primer paso hacia la niebla… la niebla no oculta nada. He ocupado celdas vendidas a otros… celdas de tiempo –con esos otros- comprometido… Siempre ilegítima… siempre en secreto… siempre guardada en la caja, bajo llave… hasta otra… Esperando con la intimidad hirviendo entre mis fauces, a ser reclamada, como si de ese modo –la única vía- recuperase por un instante mi idea absurda de la vida continuando con el ciclo de abandonos, interminable soledad, inevitable impermanencia, con el hábito levantado hasta el cuello por si la tela ardiese… Reconozco haber ejercido una brutalidad excesiva –algunas veces encubierta- con vuestros aparatos digestivos, obligándolos a extraer de mi plomo un alimento que no existe, y de mi sangre, un antídoto contra la propia vida… Os he mostrado puertas pintadas sobre muros infranqueables, que nunca osaréis traspasar, hijos del vértigo y de la impaciencia del instante, de lo efímero, al fin. Y ahora, hundida en estas aguas, sin el aliento de mi especie, proyecto en esos muros mis impresiones sobre el oleaje, a solas, monólogos viciados cuyo hervor anhela el favor de un soporte que los yerga… como la vieja pizarra donde, de niños, escribimos mil veces: no volveré a arrancar las alas a las moscas… Si alguna vez venís a pasear la vista por vuestras propias miasmas dirigiéndoos a las mías, no esperéis nada de mí, no vendo nada. La vida interior escribe con árida caligrafía… tomaos tiempo… lo que veis no es sino mi dedo deslizándose bajo los renglones. Estoy aprendiendo a leer. Nunca vengáis aquí demasiado cansados, ni demasiado heridos… No traigáis con vosotros la vara de medir ni las tijeras de podar. Aquí no sirven. Seremos muy pocos. Así que acomodaos en la penumbra y entornad los ojos sin perder de vista la salida de emergencia, porque por allí os reclamará en cualquier momento otra realidad… Cada vez me cuesta más hablar pero aún no sé permanecer en silencio… A través del cristal os estrecho la mano… Safe Creative #1203021232668