viernes, 2 de marzo de 2012

A través del cristal

Poco a poco he ido dejando de escribir cartas –algunos mostraréis una sonrisa de alivio- y de impactar sin miramiento en las carcasas que protegen lo blando que resguardáis, la ternura mal gestionada, los pasos en el vacío, el vilo, la vergüenza que os reserváis para cuando a solas sois lo que negáis ser en el baile de máscaras, donde la entrada, a mí, se me impide por no tener rostro sobre el que colocarme el antifaz. El administrador de la palabra ha actuado en mí de oficio y ha dicho… Basta ya… repliega el impulso, enrolla el hilo…. Sí. Los espacios que daban tiempo a la reciprocidad se han agrandado tanto que la corriente se ha detenido… Y mi parte agotada obedece, la parte que pretendió sembrar nomeolvides en un bloque de hielo, esa parte… mi parte absurda, mi parte lerda… la que padece cíclicas amputaciones en la espera, la que sabe ser sumisa tras la derrota después de verse engañada por otro espejismo… no aprende… Os escribía sin apenas importarme el efecto de mis misivas, ajena a vuestro ceño fruncido, al veneno del momento que ingeríais, a vuestras intenciones en la parte de atrás, al brillo emocionado de vuestros ojos, míos en aquel instante álgido, esa pincelada estratégica –blanco de cinc- que os temblaba en la pupila… y me resultaba indiferente si se os encendía el piloto de la negación o si pasabais, desganados, una lente mecánica por el paisaje, tantas veces intransitable, de mis letras. De quien no debía, he llegado a robar impunemente atención excesiva, vano centro del mundo que pese a no ser, me creo, desde mi primer rugido en las puertas del mundo, mancha de nacimiento que comparto con tantos de vosotros y que de sobra veo en mí y sin sonrojarme, señalo… ¿Vergüenza de qué a estas alturas…? Si he llegado a vosotros vestida con mi propia piel, sin tomar nada ajeno para cubrirme, adornarme, o para hacerme querer… Yo no lloro de temor a ser rechazada, a no ser bien recibida… pero bebo como todos de esas aguas sin apartarlas de mí, sin añadirles edulcorantes, potabilizadores o fármacos… quemen lo que quemen… trago… siento el dolor… y cicatrizo… Pero ya no doy el primer paso hacia la niebla… la niebla no oculta nada. He ocupado celdas vendidas a otros… celdas de tiempo –con esos otros- comprometido… Siempre ilegítima… siempre en secreto… siempre guardada en la caja, bajo llave… hasta otra… Esperando con la intimidad hirviendo entre mis fauces, a ser reclamada, como si de ese modo –la única vía- recuperase por un instante mi idea absurda de la vida continuando con el ciclo de abandonos, interminable soledad, inevitable impermanencia, con el hábito levantado hasta el cuello por si la tela ardiese… Reconozco haber ejercido una brutalidad excesiva –algunas veces encubierta- con vuestros aparatos digestivos, obligándolos a extraer de mi plomo un alimento que no existe, y de mi sangre, un antídoto contra la propia vida… Os he mostrado puertas pintadas sobre muros infranqueables, que nunca osaréis traspasar, hijos del vértigo y de la impaciencia del instante, de lo efímero, al fin. Y ahora, hundida en estas aguas, sin el aliento de mi especie, proyecto en esos muros mis impresiones sobre el oleaje, a solas, monólogos viciados cuyo hervor anhela el favor de un soporte que los yerga… como la vieja pizarra donde, de niños, escribimos mil veces: no volveré a arrancar las alas a las moscas… Si alguna vez venís a pasear la vista por vuestras propias miasmas dirigiéndoos a las mías, no esperéis nada de mí, no vendo nada. La vida interior escribe con árida caligrafía… tomaos tiempo… lo que veis no es sino mi dedo deslizándose bajo los renglones. Estoy aprendiendo a leer. Nunca vengáis aquí demasiado cansados, ni demasiado heridos… No traigáis con vosotros la vara de medir ni las tijeras de podar. Aquí no sirven. Seremos muy pocos. Así que acomodaos en la penumbra y entornad los ojos sin perder de vista la salida de emergencia, porque por allí os reclamará en cualquier momento otra realidad… Cada vez me cuesta más hablar pero aún no sé permanecer en silencio… A través del cristal os estrecho la mano… Safe Creative #1203021232668

No hay comentarios:

Publicar un comentario